Reseña de Sniper Elite: Resistance – Un regreso que quizás no es como esperábamos

Aunque pueda resultar disparatado – y, de hecho, hay veces que me cuesta interiorizarlo hasta a mi -, los intrépidos miembros de la redacción de Eurogamer.es también ocupan su tiempo libre en actividades distintas a matar marcianos. Inaudito, lo sé. Por lo que a mi respecta, uno de mis pasatiempos favoritos consiste en sumergirme en las inabarcables aguas de ese destroza-presupuestos también conocido como Magic: The Gathering. Las maratonianas sesiones de Commander entre amigos no dejan de ser la punta de un iceberg que esconde horas y horas de curiosear cartas, optimizar mazos y estudiar nuevas estrategias. Y pese a que, poco a poco, cada jugador va desarrollando su propio estilo, es inevitable que todos terminemos empleando la misma terminología. Una carta – o mecánica – está “rota” cuando su mera presencia es desequilibrante, jugar “aggro” es atacar sin que te importe lo más mínimo tu defensa y una baraja algo “janky” es aquella que, aunque no deja de ser algo chapucerilla, cuando funciona lo hace de forma sensacional .

Pues bien. Sniper Elite: Resistance vendría a ser la entrega “janky” de esta longeva saga de francotiradores.

Información básica

• Desarrollador: Rebellion
• Editor: Rebellion
• Plataformas: PS5, Series X/S, PC
• Versión probada: Xbox Series X
• Lanzamiento: 30/01/2025
• Disponible en Xbox Game Pass

Desarrollado por Rebellion y Wushu Studios, Sniper Elite: Resistance viene a ser una suerte de spin-off de la saga – y más concretamente, de Sniper Elite 5 – en el que encarnaremos a Harry Hawker, un encallecido agente de la británica SOE, que colaborará con La Resistencia Francesa aportando sus más que reseñables habilidades de infiltración, sabotaje y disparo a distancia. Y, como viene siendo habitual en la saga, pronto nos toparemos con pruebas que apuntarán en la dirección de una súper arma nazi que podría poner en peligro la Operación Overlord. Así que, en vez de transmitir por radio las coordenadas de los lugares sospechosos y que un escuadrón de B-52s los deje planos, el alto mando cree que es mejor que Hawker se infiltre porque, de lo contrario, nos quedábamos sin juego.

Llegados a este punto, los veteranos de la saga puede que hayan empezado a notar sospechosas similitudes entre, por ejemplo, la última entrega y este Sniper Elite: Resistance. Y no les culpo, porque si dejamos a un lado el hecho de que la castrense personalidad de Karl Fairburne ha cedido el peso del protagonismo a todo un “cheeky bastard” como es Hawker, lo cierto es que la estructura de ambos títulos es calcada. Desde el número de misiones hasta el hilo conductor de las mismas, pasando por el árbol de habilidades, las – escasas – opciones de personalización de nuestro protagonista o, directamente, el cierre del título, hay tantas, pero tantas, semejanzas entre Sniper Elite: Resistance y Sniper Elite 5 que uno podría llegar a pensar, sin temor a equivocarse, que esta nueva entrega bien podría haberse ceñido a ser una expansión del anterior.

Por tanto, creo que nadie se sorprenderá si sentenciamos que a nivel jugable es continuista. De un tiempo a esta parte, la saga Sniper Elite – y, por extensión, este Resistance – se ha caracterizado por ofrecer una interesante e intensa mezcla de sigilo, acción y brutales secuencias de destrucción balística que coronaban nuestros disparos a larga distancia. Todos estos elementos se mantienen en un título que, al igual que su predecesor, apuesta por unos niveles de dimensiones colosales y que, a priori, deberían ofrecernos tantas oportunidades tácticas como libertad para recorrerlos. Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Si bien gran parte del núcleo jugable se mantiene inalterable – en Sniper Elite hay cosas que nunca pasan de moda: la puñalada por la espalda, emplear explosivos para crear emboscadas o volarle la tapa de los sesos a un oficial de la Gestapo a 200 m. de distancia… sed creativos -, un buen puñado de elementos juegan en su contra. Sin ir más lejos, buena parte de sus niveles suplen la falta de interés y variedad jugable con un elevado número de enemigos – y, en algunos casos, patrullas motorizadas – que, para los puristas del sigilo, sólo conseguirán que su avance sea lastrado de forma innecesaria. Y aunque este hecho, por sí sólo, no debería suponer mayor problema – al fin y al cabo, la paciencia es una de las virtudes esenciales de un francotirador -, lo cierto es que cuando se da la mano con una IA enemiga de lo más errática – tan pronto cesan sus pesquisas como averiguan tu posición con precisión milimétrica – o con bugs de todo tipo y pelaje – unas veces se atascan los nazis con la escenografía, otras veces nosotros en una escalera… -, hay veces en las que Sniper Elite: Resistance está a punto de rebasar la frontera del tedio.