Reseña: Ballerina

“Ballerina” se presenta como la quinta entrega en el universo John Wick, y aunque intenta forjar una identidad propia, inevitablemente convive bajo la sombra de su franquicia matriz. La película logra un alto octanaje en sus secuencias de acción, especialmente en su tercio final, aunque su guion se mantiene en terrenos simples y emocionalmente planos. El primer acto requiere paciencia antes de explotar en un festín de acción tonta y divertida.

Ana de Armas aporta la presencia magnética que el guion superficial no consigue sostener. La actriz combina delicadeza y violencia con eficacia, demostrando una vez más que puede asumir la acción sin problemas y elevando la película por encima de una escritura genérica gracias a su intensidad y estilo.

Las coreografías de combate son, sin duda, el gran atractivo de la cinta. El tramo final deslumbra con secuencias coreografiadas que combinan artes marciales y ballet, provocando un espectáculo visual vertiginoso. Además, la mezcla de violencia brutal, humor negro y atmósfera gélida convierte a Ballerina en un thriller sólido pese a sus tropiezos narrativos.

Sin embargo, el guion adolece de previsibilidad y falta de profundidad. Aunque la estética y el vestuario son impecables, la historia no deja una resonancia emocional duradera y depende en exceso de su vínculo con Wick, limitando la independencia de su protagonista.

Sinopsis

Ballerina sigue a Eve Macarro (Ana de Armas), huérfana tras el asesinato de su padre, quien es acogida y entrenada desde niña por la enigmática “Directora” (Anjelica Huston) en la sociedad de asesinos Ruska Roma. Ya adulta, Eve combina su gracia de bailarina con un letal dominio del combate para vengar la muerte de su progenitor a manos del siniestro “Canciller” (Gabriel Byrne). A lo largo de su misión, Eve se cruza brevemente con John Wick (Keanu Reeves), situándose cronológicamente entre John Wick: Capítulo 3 y 4 dentro del universo Wick.

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